De lenguas, políticos y turistas.
Aparece en Hosteltur una noticia que creo no se le ha dado la importancia que merece. La noticia dice: Empresarios de Baleares rechazan la ley del uso del catalán en los comercios por ser negativa para el sector.
Esto de las lenguas y su importancia turística tiene su aquel. Y desde varios puntos de vista.
Hay por ejemplo en Benidorm, y en otros lugares como Mallorca, zonas donde no se habla la lengua local (llámese castellano, catalán, mallorquín o zulú), sino que sólo se habla el idioma del cliente (inglés, alemán...). Así, si un nativo entra en un bar allí situado no encuentra ningún camarero que hable su idioma. ¡Qué desfachatez! ¡a mí la guardia civil!, gritan algunos mostrando la campanilla de sus gargantas, ¡que les obliguen a hablar en castellano que para eso están en España!.
Tranquilidad hermanos, que haya paz. Analicemos brevemente la situación. Estamos en una democracia (lo dice la Constitución, que no lo digo yo) y en un sistema de mercado (eso lo decimos todos) en el que reina la ley de la oferta y la demanda. En esas que llega un empresario británico, por ejemplo, y monta en Benidorm un pub, que no un bar. Al elegir a los camareros los elige británicos, porque es libre para hacerlo y lo decide así, sin preocuparse de que hablen o dejen de hablar en español. Tambien tiene espectáculo todas las noches y todos los artistas son británicos (humoristas, cantantes, magos, strippers...). En ese pub nadie habla castellano.
Ese empresario ha definido su negocio como ha querido y sabe que esa definición le atraerá un tipo de clientes y no otros, ha hecho una clara segmentación basándose en la nacionalidad. Limita su mercado a los británicos, pero está en su derecho de hacerlo, como los demás de no entrar.
Desde el punto de vista empresarial es una decisión incontestable.
Ahora bien, ¿qué pasa cuando entra la política?. Que la cagamos (y perdonen la expresión).
Las pretensiones de organizar y regular las formas de expresión nunca han funcionado. A mí nunca me han gustado expresiones como "normalización linguística" o "inmersión linguística". ¿Es que no soy normal por hablar castellano en Valencia? ¿es que no es normal un británico que habla inglés en Benidorm? parece que no. Son expresiones que siempre me han parecido totalitarias. Y a veces el significante es muy indicativo de las intenciones del creador del significado.
El turismo no puede regirse por políticas localistas, ¿quieren regular las lenguas de los comerciantes? que hablen inglés, alemán, francés, chino, les va a ser más útil.
Esto de las lenguas y su importancia turística tiene su aquel. Y desde varios puntos de vista.
Hay por ejemplo en Benidorm, y en otros lugares como Mallorca, zonas donde no se habla la lengua local (llámese castellano, catalán, mallorquín o zulú), sino que sólo se habla el idioma del cliente (inglés, alemán...). Así, si un nativo entra en un bar allí situado no encuentra ningún camarero que hable su idioma. ¡Qué desfachatez! ¡a mí la guardia civil!, gritan algunos mostrando la campanilla de sus gargantas, ¡que les obliguen a hablar en castellano que para eso están en España!.
Tranquilidad hermanos, que haya paz. Analicemos brevemente la situación. Estamos en una democracia (lo dice la Constitución, que no lo digo yo) y en un sistema de mercado (eso lo decimos todos) en el que reina la ley de la oferta y la demanda. En esas que llega un empresario británico, por ejemplo, y monta en Benidorm un pub, que no un bar. Al elegir a los camareros los elige británicos, porque es libre para hacerlo y lo decide así, sin preocuparse de que hablen o dejen de hablar en español. Tambien tiene espectáculo todas las noches y todos los artistas son británicos (humoristas, cantantes, magos, strippers...). En ese pub nadie habla castellano.
Ese empresario ha definido su negocio como ha querido y sabe que esa definición le atraerá un tipo de clientes y no otros, ha hecho una clara segmentación basándose en la nacionalidad. Limita su mercado a los británicos, pero está en su derecho de hacerlo, como los demás de no entrar.
Desde el punto de vista empresarial es una decisión incontestable.
Ahora bien, ¿qué pasa cuando entra la política?. Que la cagamos (y perdonen la expresión).
Las pretensiones de organizar y regular las formas de expresión nunca han funcionado. A mí nunca me han gustado expresiones como "normalización linguística" o "inmersión linguística". ¿Es que no soy normal por hablar castellano en Valencia? ¿es que no es normal un británico que habla inglés en Benidorm? parece que no. Son expresiones que siempre me han parecido totalitarias. Y a veces el significante es muy indicativo de las intenciones del creador del significado.
El turismo no puede regirse por políticas localistas, ¿quieren regular las lenguas de los comerciantes? que hablen inglés, alemán, francés, chino, les va a ser más útil.
Etiquetas: politica lingúistica
6 comentarios:
Hola Juan
nuevamente nos solapamos y en horarios diferentes, pero lo que prevalece debe ser este particular sentido comun que ambos usamos.
En hosteltur he apostillado con el mismo tono de este articulo, en respuesta a la noticia.
como ya hemos dicho lo que pensamos, ahi queda, a ver si cunde el ejemplo.
saludos cordiales, amic.
Joan
Sí Joan, te he leído. ¿Tú no serás un hermano secreto que tengo o algo así?
Hola Juan:
si ya nos cuesta en el sector encontrar personal cualificado, no te cuento si además tiene que hablar catalán. De momento invirtamos en que puedan decirle algo en inglés a nuestro cliente que ya cuesta y luego trabajaremos lo del catalán. Libertad!!!!
Es justo lo que pienso yo, Victor. Deberian preguntar al sector antes de tratar de salvar patrias.
Sé que rompo la armonía de los comentarios, pero disiento.
Que el Consell Balear se ocupe, de mimar y promocionar su sector turístico -tarea encomiable, por otra parte-, no quita que el mismo Consell Balear trate de velar por la lengua, que lo es, histórica de la Comunidad Autónoma.
Convengo con vosotros que la realidad es muy tozuda y que, por mucho que uno quiera que en los pubs se diga bona nit al salir, se continuará diciendo good bye. Sin embargo, se equivocaría el Consell Balear si no protegiera el catalán en su territorio, también en el sector turístico. Forma parte de la maleta cultural de las Baleares y, por tanto, es digno de respeto y protección.
Un abrazo y enhorabuena por el blog. Me gusta mucho.
Alfredo, me alegro de que te guste el blog ;)
Yo creo que nadie está en contra de que cada comunidad, región, país o como quieras llamarlo defienda su lengua. El problema viene, me parece a mi, cuando se confunde defender con imponer. Creo que una de las formas más eficaces de odiar una lengua es que te la impongan, y si hablamos del sector turístico no digamos. Como dice Victor con los problemas que tienen los empresarios ahora vienen los políticos y en lugar de solucionarselos le dan mas.
Sabemos que la mano de obra turística sufre un alto grado de movilidad y que muchos puestos están siendo ocupados por sudamericanos, muchos de ellos sin formación no ya en hostelería, sino sin formación elemental, diles ahora a los pobres que tienen encima que estudiar a marchas forzadas otra lengua, de la que en muchos casos ni han oido hablar para poder trabajar. Yo a eso lo llamo racismo linguistico.
Hay muchas formas de promover y preservar una lengua, que por otro lado no creo que esté en peligro. Conciertos, fomento (no imposición) de la lectura en esa lengua, obras de teatro... Te lo digo yo que no creo ser sospechoso: llevo toda mi vida viviendo en Benidorm, soy castellano hablante y este año empieza mi hija el colegio (tiene 3 maravillosos añitos) con las clases completamente en valenciano porque su madre y yo así lo hemos decidido.
Aprender otra lengua y hablarla es cultura y la cultura nos hace mejores, pero no se impone.
O al menos esa es mi opinión.
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