¿Es tan importante la calidad en la elección del destino?
Reconozco que uno de los sustantivos que mejor me definen es la duda. Yo dudo, de casi todo, y espero que este estado no acabe nunca pues creo que es el primer paso para la evolución del pensamiento.
La duda me ha venido con varias lecturas de este fin de semana.
Gabor Steingart es un alto directivo de la revista alemana Der Spiegel. Este sábado pasado le hicieron una entrevista en El Mundo y me llamó mucho la atención una frase: "A la hora de consumir somos muy neoconservadores, sólo nos preguntamos cuál es el precio y poco más."
Dejando de lado si el término "neoconservador" es más o menos afortunado, me inquieta el que se siga teniendo la certeza de que basamos nuestras decisiones de compra en el precio.
Para hurgar más en la herida hoy leo en The Slogan Magazine un artículo que reza "Crece la tendencia a comprar más barato, al margen de la marca".
Llevamos años en la industria turística predicando que no podemos seguir compitiendo en el precio y que debemos competir en calidad. Ahora parece que los estudios dicen que si no competimos en precio estamos fuera del mercado.
España se ha posicionado desde sus comienzos como un destino barato y ahora es muy complicado cambiar esa certeza mental. Y más si se siguen utilizando técnicas de venta como el todo incluido o las rebajas y ofertas extremas que se usan en determinados destinos.
Por otro lado la calidad ha dejado de ser un elemento diferenciador (al menos un cierto nivel de calidad) y ha pasado a ser uno exigible e ineludible en la oferta. Una vez entendido que se va a recibir un mínimo de calidad volvemos a buscar la compra por precio.
Es cierto que muchas cadenas hoteleras triunfan con precios altos, pero estas han tenido un posicionamiento de pura calidad desde sus inicios, y sus clientes se rigen por criterios de decisión que no son los mismos al de la mayoría del mercado.
También es verdad que ahora segmentamos mucho la compra turística, en el sentido de que ya no se compra el viaje como un paquete y somos capaces de diferenciar claramente entre el viaje, el alojamiento y el gasto en destino, pudiendo potenciar el gasto en uno de estos apartados y minimizarlo es otro (generalmente el viaje).
Sigo considerando que la calidad es fundamental y que es necesario otro tipo de promoción más informativa y formativa, promoción que transmita al cliente que lo barato y lo caro son conceptos relativos dependiendo del servicio recibido. Hay que concienciar al cliente de que el precio es un factor más de decisión, pero no puede ser el único.
La duda me ha venido con varias lecturas de este fin de semana.
Gabor Steingart es un alto directivo de la revista alemana Der Spiegel. Este sábado pasado le hicieron una entrevista en El Mundo y me llamó mucho la atención una frase: "A la hora de consumir somos muy neoconservadores, sólo nos preguntamos cuál es el precio y poco más."
Dejando de lado si el término "neoconservador" es más o menos afortunado, me inquieta el que se siga teniendo la certeza de que basamos nuestras decisiones de compra en el precio.
Para hurgar más en la herida hoy leo en The Slogan Magazine un artículo que reza "Crece la tendencia a comprar más barato, al margen de la marca".
Llevamos años en la industria turística predicando que no podemos seguir compitiendo en el precio y que debemos competir en calidad. Ahora parece que los estudios dicen que si no competimos en precio estamos fuera del mercado.
España se ha posicionado desde sus comienzos como un destino barato y ahora es muy complicado cambiar esa certeza mental. Y más si se siguen utilizando técnicas de venta como el todo incluido o las rebajas y ofertas extremas que se usan en determinados destinos.
Por otro lado la calidad ha dejado de ser un elemento diferenciador (al menos un cierto nivel de calidad) y ha pasado a ser uno exigible e ineludible en la oferta. Una vez entendido que se va a recibir un mínimo de calidad volvemos a buscar la compra por precio.
Es cierto que muchas cadenas hoteleras triunfan con precios altos, pero estas han tenido un posicionamiento de pura calidad desde sus inicios, y sus clientes se rigen por criterios de decisión que no son los mismos al de la mayoría del mercado.
También es verdad que ahora segmentamos mucho la compra turística, en el sentido de que ya no se compra el viaje como un paquete y somos capaces de diferenciar claramente entre el viaje, el alojamiento y el gasto en destino, pudiendo potenciar el gasto en uno de estos apartados y minimizarlo es otro (generalmente el viaje).
Sigo considerando que la calidad es fundamental y que es necesario otro tipo de promoción más informativa y formativa, promoción que transmita al cliente que lo barato y lo caro son conceptos relativos dependiendo del servicio recibido. Hay que concienciar al cliente de que el precio es un factor más de decisión, pero no puede ser el único.
1 comentarios:
Estoy absolutamente de acuerdo con las conclusiones finales. La calidad viene dada pro la relación servicios/precio que ofrezca el establecimiento. Quisiera también introducir un concepto, que escuchando a Domeneq Biosca en un congreso reciente decía: El servicio de Calidad ha tenido que convertirse en la Calidad del Servicio. Ahí queda eso...
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