¡Agua va!

Reconozco que no sé por dónde tomar el tema. Para nosotros, valencianos y murcianos, esto del agua siempre ha sido un tema muy sensible, que toca no sólo temas económicos, sino casi casi sentimentales. El tema del trasvase del Ebro ha sido y es un tema fundamental que los políticos de uno y otro bando han sabido utilizar para, y nunca mejor dicho, arrimar el agua a su molino. Unos dicen que el trasvase es la única solución, otros que las desaladoras ofrecen agua de calidad, unos que las desaladoras dejan muchos residuos y otros que el trasvase no podría aguantarlo el Ebro. No sé, no soy técnico y aunque lo fuera he leído informes a favor de una y otra opción.
Lo que me parece bastante lamentable es que a estas alturas del siglo XXI estemos todavía hablando de propiedad del agua. Y la que se avecina con Castilla La Mancha es suave.

Es, por otro lado, cuando menos llamativa la excusa que ha puesto la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona para justificar el trasvase del Ebro a Cantabria recientemente inaugurado.

Según la ministra el trasbase se fundamenta en el incremento de turistas que ha experimentado la comunidad cántabra. Curiosa excusa. Sobre todo si tenemos en cuenta que, según Frontur, Cantabria recibió 392.615 turistas en el 2006, mientras que la Comunidad Valenciana recibió 5.484.966, algunos más como se ve.
Es muy posible que el trasvase a Cantabria esté muy justificado y que el trasvase a Valencia y Murcia sea imposible, pero por favor, que lo expliquen seriamente y no nos tomen por estúpidos. Algunos intentamos no serlo, aunque nuestro trabajo nos cuesta.
En fin, políticos.