El trabajador prescindible.
Ayer leía una de las respuestas a mi artículo El Efecto Control publicado en Turismo 2.0, en concreto la de Arturo Cuenllas, cuando apareció un concepto sobre el que creo no se ha hablado lo suficiente: el trabajador prescindible.
Es un concepto interesante por lo que implica y por lo que significa.
Creo que todo directivo, empresario o gestor debiera preguntarse si en su organización o empresa hay empleados prescindibles. Parto de la base de que nadie es imprescindible en una empresa, aunque en un sentido amplio. Me explico. Cada trabajador tiene una serie de características, aptitudes y actitudes que lo hacen único, pero no lo hacen imprescindible. Todos podemos ser substituidos por otro trabajador que tendrá otras fortalezas y debilidades diferentes a las mías, pero que dentro de unos parámetros requeridos pueda ser apto para el puesto.
La cuestión es si somos conscientes de esas peculiaridades que cada trabajador tiene. Un empresario debería preguntarse ¿por qué tengo a tal trabajador en tal puesto? ¿qué actitudes he visto en él que lo hacen apto? ¿me daría igual cambiarlo por otro? ¿que es, en suma, lo que busco de un trabajador?
El trabajador prescindible es aquel al que la empresa considera como tal... y que el propio trabajador asume. Es uno de los problemas de este tipo de estrategias: los trabajadores pierden su motivación. La empresa considera a los trabajadores meros repetidores de acciones estandarizadas, por lo que no duda en fomentar la alta movilidad de la plantilla, generando estados de temporalidad y fomentando el trabajo repetitivo y de baja motivación.
La existencia de trabajadores prescindibles es propio de organizaciones de centros de costes, que buscan el beneficio a corto plazo.
Repito que no creo que ningún trabajador sea insustituible, la diferencia es qué me lleva a sustituir a un trabajador y qué concepción tengo del mismo, es decir, cómo me enfrento a la situación.
Es un concepto interesante por lo que implica y por lo que significa.
Creo que todo directivo, empresario o gestor debiera preguntarse si en su organización o empresa hay empleados prescindibles. Parto de la base de que nadie es imprescindible en una empresa, aunque en un sentido amplio. Me explico. Cada trabajador tiene una serie de características, aptitudes y actitudes que lo hacen único, pero no lo hacen imprescindible. Todos podemos ser substituidos por otro trabajador que tendrá otras fortalezas y debilidades diferentes a las mías, pero que dentro de unos parámetros requeridos pueda ser apto para el puesto.
La cuestión es si somos conscientes de esas peculiaridades que cada trabajador tiene. Un empresario debería preguntarse ¿por qué tengo a tal trabajador en tal puesto? ¿qué actitudes he visto en él que lo hacen apto? ¿me daría igual cambiarlo por otro? ¿que es, en suma, lo que busco de un trabajador?
El trabajador prescindible es aquel al que la empresa considera como tal... y que el propio trabajador asume. Es uno de los problemas de este tipo de estrategias: los trabajadores pierden su motivación. La empresa considera a los trabajadores meros repetidores de acciones estandarizadas, por lo que no duda en fomentar la alta movilidad de la plantilla, generando estados de temporalidad y fomentando el trabajo repetitivo y de baja motivación.
La existencia de trabajadores prescindibles es propio de organizaciones de centros de costes, que buscan el beneficio a corto plazo.
Repito que no creo que ningún trabajador sea insustituible, la diferencia es qué me lleva a sustituir a un trabajador y qué concepción tengo del mismo, es decir, cómo me enfrento a la situación.
Etiquetas: RRHH, trabajador prescindible
2 comentarios:
El efecto del control, personas desmotivadas.
Muy bueno
Hola Juan: Considero muy acertado tu comentario sobre el empleado prescindible. Me parece que las empresas debieran enfocar un poco más en dos puntos en los cuales no estan pensando. La Responsabilidad Social Empresaria (RSE)y los costos. Por un lado ninguna empresa debería tomar como prescindible a un trabajador en forma caprichosa, ya que existe todo un transfondo psicológico que afecta no solo al trabajador sino a todo su entorno, sin entrar en muchos detalles. Por otro lado como bien decis cada uno tiene sus defectos y virtudes pero se supone que a ese trabajador se lo capacitó para esa tarea, entonces por qué desperdiciar todo ese caudal de información (siempre hablando de una rotación de nomina caprichosa y no justificada, que las hay). Por otro lado estoy en un todo de acuerdo con tus comentarios sobre el efecto control ya que lo vivo a diario, sobre todo cuando las reglas cambian permanentemente.
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