lunes, marzo 26, 2007

Sostenibilidad de los destinos turísticos. Consideraciones previas

Pretendo iniciar una serie de artículos sobre la sostenibilidad de nos destinos turísticos, un tema que ha generado rios de tinta y debates enconados. No pretendo sentar cátedra, sino reflejar mi punto de vista sobre un tema que hoy por hoy es fundamental tanto desde el punto de vista del cliente como del gestor del destino.
Creo que hemos de partir de una consideración previa: los destinos turísticos son para ser visitados. Esta perogrullada no parece serlo para algunos. Cuando hablamos de destinos turísticos hablamos de territorios cuya principal industria, o al menos una de las principales, es el turismo. Esto implica que o bien buscamos turistas de un gasto per capita elevado (turismo de calidad) o buscamos un turismo de menor calidad pero con un importante volumen de visitas. De una u otra forma se producirán una serie de impactos en el entorno que determinarán la sostenibilidad del mismo. Si buscamos un turismo de calidad es evidente que debemos crear infraestructuras de calidad y servicios a gusto de este tipo de turismo (campos de golf, puertos deportivos...) cuyo impacto es manifiesto. Si gestionamos un turismo de menos calidad pero con un mayor número de visitantes el impacto también es evidente, no solo por las infraestructuras que se han de crear, sino por los impactos que generan individualmente los propios turistas, ya sea durante su estancia o durante sus desplazamientos, que se multiplican al aumentar el número de visitantes.
Por tanto partimos de la base de que tratamos de la sostenibilidad de un destino turístico, y no de otra cosa. A veces, cuando se producen los debates antes mencionados cada parte defiende una esfera de la realidad completamente distinta, por lo que no es en sí un debate turístico, sino un debate por el enfoque que se da al territorio, lo cual es muy respetable, pero es otra cosa.
Hemos de comprender que un destino turístico necesita una serie de infraestructuras que permiten configurar el territorio adecuadamente. Estas infraestructuras dan además valor al destino posicionándolo en torno a un tipo de turismo u otro.
Las estructuras básicas con los accesos y servicios básicos, ambos son fundamentales para crear las condiciones imprescindibles para la venida de los turistas.
Un segundo tipo de infraestructuras son las turísticas (alojamientos) y los servicios turísticos (restaurantes, cafeterías...). Con estas infraestructuras pretendemosque el visitante permanezca en el destino. Finalmente las infraestructuras de valor añadido (campos de golf, puertos deportivos...) buscan un mayor del visitante y una mejor fidelización al destino.
Es fundamental comprender que el turismo consume y vive del territorio donde se desarrolla, y que esto genera una serie de tensones que son necesario minimizar.
Espero que esta serie de artículos inicien un debete interesante entre los lectores de este modesto blog. Por lo pronto ya lanzo la pregunta que será objeto del próximo artículo sobre sostenibilidad: ¿Es mejor preservar o desarrollar?.

4 comentarios:

Blogger Javier Varela ha dicho...

Hola Juan,

yo entiendo por desarrollo sostenible, aquel desarrollo que conduzcaal crecimiento económico de una región o un territorio, que conduzca a la elevación del nivel de vida y al bienestar social, sin agotar la base de recursos naturales renovables en que se sustenta, ni agotar el medio ambiente o el derecho de las generaciones futuras a utilizarlo para la satisfacción de sus propias necesidades.

En este sentido, a tu pregunta "¿Es mejor preservar o desarrollar?", y diría que lo mejor es desarrollar preservando e integrando el desarrollo en las políticas de preservación de los recursos.

"Es fundamental comprender que el turismo consume y vive del territorio donde se desarrolla, y que esto genera una serie de tensones que son necesario minimizar".

Que el desarrollo turístico creará un impacto, es innegable, pero esto no tiene porque ser un freno, si el desarrollo turístico se hace teniendo en cuenta que un aumento de población en verano (por ejemplo), debe ir acompañado de políticas que sostengan ese desarrollo económico que genera el turismo. La base de esas políticas, han de ser tres, Social, Económico y Medioambiental. Yo estoy de acuerdo en que una población duplique su población o recibe miles de turistas, porque eso incrementará la base económica, pero siempre y cuando la base Social sea sostenible (empleos no precarios, formación del personal, acceso de los turistas a servicios sociales, etc.), y la base Medioambiental también (Cien mil nuevas personas generán muchísimo impacto en el medio que hay quie preveer. No solo más contenedores, sino más infraestructuras).

Apasionante tema este que acabas de comenzar. No dudes en continuar adelante que sin duda es un tema para reflexionar. Enhorabuena!

11:11 a. m.  
Blogger Juan Sobejano ha dicho...

Me alegro de verte de nuevo por aquí, Javier. Me parece muy interesante lo que dices, sobre todo lo referido a las tres patas de la política sostenible: social, economico y medioambiental. Sin duda lo utilizaré en posteriores artículos.

11:26 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola Juan,

Cuánto me alegra que estrenes este tema. Me parece de lo más apasionante, así que voy a seguirlo con gran interés.

En cuanto al contenido del post, comentar que bajo mi punto de vista, no se trata sólo de una cuestión de cantidad de turistas o cantidad de dinero sinó que también cuenta a qué manos va a parar el dinero (¿se queda en destino o se va a los Head Quarters de un país alejado?) y también influye el cómo se emplea el dinero (¿se gasta en mejorar el destino, el cuidado del medio ambiente y programas sociales? ¿o sólo son beneficios efímeros a corto plazo?).

En cuanto a la dualidad que propones entre preservar y desarrollar, yo entiendo que el desarrollo sostenible exige ambas cosas por definición. En caso contrario estaríamos hablando de otra cosa distinta. Lo que sí me parece es que dependiendo del punto de partida de cada caso en concreto y de la tendencia previsible, habrá que poner en marcha acciones con más énfasis en un aspecto o en el otro con el fin de corregir la tendencia y conseguir el equilibrio óptimo. E ir reajustando de forma continuada según la evolución.

Un saludo,
Carme

11:58 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Tienes razón Carme, las ramificaciones del tema son enormes y seguramente me quedarécorto en mis comentarios, por eso considero tan necesarias aportaciones como la de Javier o la tuya. Espero que las siguientes entradas te resulten interesantes

12:33 a. m.  

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