El hotel como unidad de negocio
Una de las ventajas de las organizaciones pequeñas es su flexibilidad, la mayor capacidad de adaptarse a los cambios y a los deseos del mercado. La mayor agilidad facilita también una mejor respuesta organizativa, con asociaciones en red con otras organizaciones y una adecuada introducción del outsourcing.
Las grandes cadenas tienen entre sus grandes problemas la adaptación a los mercados donde desarrollan su actividad. Es evidente que este tipo de macroorganizaciones han de poseer una adecuada cultura de empresa que unifique objetivos y sea capaz de implantar una metagestión en sus unidades de negocio (hoteles). Sin embargo, más allá de esto es necesario entender que cada hotel pertenece al mercado en el que vive. No es lo mismo un hotel en Benidorm, Santa Pola o Marbella, aunque pertenezcan a una misma cadena. Cada uno tiene un cliente determinado al que hay que satisfacer y fidelizar, y para ello no basta con una gestión estandar que impregne toda la cadena pero que no de respuestas reales a un mercado tan microsegmentado como el turístico.
Los hoteles han de disfrutar con la suficiente autonomía como para tomar decisiones acordes a los intereses de sus clientes, que no serán los de los clientes de otros hoteles.
Las grandes cadenas tienen entre sus grandes problemas la adaptación a los mercados donde desarrollan su actividad. Es evidente que este tipo de macroorganizaciones han de poseer una adecuada cultura de empresa que unifique objetivos y sea capaz de implantar una metagestión en sus unidades de negocio (hoteles). Sin embargo, más allá de esto es necesario entender que cada hotel pertenece al mercado en el que vive. No es lo mismo un hotel en Benidorm, Santa Pola o Marbella, aunque pertenezcan a una misma cadena. Cada uno tiene un cliente determinado al que hay que satisfacer y fidelizar, y para ello no basta con una gestión estandar que impregne toda la cadena pero que no de respuestas reales a un mercado tan microsegmentado como el turístico.
Los hoteles han de disfrutar con la suficiente autonomía como para tomar decisiones acordes a los intereses de sus clientes, que no serán los de los clientes de otros hoteles.
2 comentarios:
YO nunca he creído que lo grande fuera sinónimo de poder y menos ahora. En realidad la dimensión humana acerca al cliente por mucho de que la capacidad negociadora esté del lado del grande. El problema es que creas que tu futuro depende de esa capacidad negociadora para reducir costes. Entonces, estás empezando a cavar tu propia fosa, me temo.
Estoy de acuerdo contigo, Julen. Además ten en cuenta que en el sector turístico la dimensión humana es fundamental, o al menos eso pensamos algunos. Creo que las políticas de gestión hotelera no se pueden fundamentar sólo en la reducción de costes.
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